El hombre gris: Seis es mucho menos que 007

De acuerdo con lo que anota Michel Ciment en la editorial del más reciente número de la revista Positif, la dirección de Netflix ha declarado cambiar su orientación con respecto a la producción de cine de autor. Ésta resulta muy costosa, pues son pocos los suscriptores de la plataforma que ven las películas de esta categoría. Las cifras que reporta para el mercado francés son contundentes: 10% vio El irlandés (The Irishman, 2019); 4%, El poder del perro (The Power of the Dog, 2021); 3%, Roma (2018) y Mank (2020). No es raro, así, que en adelante veamos apuestas más convencionales que aseguren menos riesgos y más rentas. Es lo que cabría pensar, al menos, ante El hombre gris (The Gray Man, 2022), que hace una semana lanzó la plataforma y es un pastiche gris de la saga del 007.

El hombre gris es el más reciente largometraje de los hermanos Anthony y Joe Russo, quienes tienen una amplia filmografía como productores y son los responsables de la realización de Avengers: Infinity War (2018) y Avengers: Endgame (2019). El guión, en el que participa Joe, recoge las desavenencias de Six (Ryan Gosling), un reo que es invitado a dejar la cárcel para sumarse en lo oscurito a la agencia que reina en lo oscurito, la CIA. Y bajo la personalidad de Seis sus problemas se multiplican cuando desobedece las órdenes de su jefe y descubre que éste es un corrupto. Entonces recurre al hombre que lo reclutó, Fitzroy (Billy Bob Thornton). En la ruta cuenta con el apoyo de la agente Miranda (Ana de Armas), pero debe eludir al mercenario temerario Lloyd Hansen (Chris Evans), un tipo despiadado que ha sido contratado por la CIA y tiene libertad para cazar a su presa.

Los Russo entregan una puesta en cámara poco inspirada. Registran con una singular falta de brío las escenas de acción, que por momentos son caóticas y cuya estridencia no alcanza a sacudir la indiferencia. La puesta en escena no va más allá de la corrección; la labor del cinefotógrafo australiano Stephen F. Windon –un especialista en cintas de acción: ha estado en varios capítulos de Rápidos y furiosos–, sin embargo, aporta algunas atmósferas plausibles. A la banda sonora se incorporan algunas canciones setenteras y hasta cabe una rola de The Black Keys. La música, justo es decirlo, a menudo es diegética (vemos el tocadiscos de donde surgen los sonidos) y funciona bien porque tiene un rol narrativo y dramático.

El hombre gris sigue las huellas del 007, decíamos al inicio. Pero se queda lejos. No sólo porque hay un afán contraproducente de imprimir humor en situaciones en las que no cabe, en las que entra “con calzador” (Lloyd Hansen es una especie de Deadpool sin disfraz), sino porque parte de un guión sin ton ni son que de pronto hace saltos al pasado para introducir un personaje que luego resulta relevante, para proveer de antecedentes y dar cierta densidad al protagonista; que recoge la destrucción de un castillo histórico en Croacia (según dice el chistoso Hansen) y propone una larga persecución que resulta una explosiva y destructiva pachanga en Praga (parece que los norteamericanos son felices destruyendo ciudades europeas históricas), como si no les bastara el montón de ruinas que dejaron en esta ciudad en la segunda guerra mundial.

Toda esta estridencia es incapaz de ocultar la vacuidad de El hombre gris. Por más afanes de dotar a Seis de motivos (y hasta de un sentido, pues en la conclusión se vislumbra la paternidad), éste es un personaje unidimensional que se involucra en una trama que resulta intrascendente: la réplica de la fórmula, en este caso como en muchas películas del género de espías, ha conseguido que la narrativa se convierta en un artilugio inútil, un mero pretexto para llenar minutos en pantalla; ha logrado que la historia toda se convierta en un Macguffin –ese artilugio que resulta irrelevante pero que, según Hitchcock, hace avanzar la historia– doblemente irrelevante, pues ni siquiera hace avanzar la película. Así las cosas, acá hay poca emoción y nula sustancia: Seis, pues, es mucho menos que 007.

Calificación 50%
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