Óscar 2021: En un año de vacas flaquísimas, ¿el cine será lo menos importante?

La ceremonia de entrega de los premios Óscar de 2021 será singular. No sólo porque tendrá más de una sede, sino porque los tiempos son singulares y la conformación misma de las ternas lo es. Me temo que lo menos importante será el cine; aventuro que habrá un amplio espacio para la grandilocuencia. Imagino una ceremonia sin humor, llena de frases graves para la posteridad, oportunas –oportunistas– y sensibles, empáticas, solidarias, políticamente correctas por supuesto. Así como fue la selección de películas, en particular para la categoría de mejor película. Apostaría que por lo menos la mitad de las nominadas no estaría ahí sin las pandémicas afectaciones a la industria norteamericana y la pronunciación obligatoria sobre ciertas causas: porque se trata de películas que se ubican en la medianía, y si aparecen por acá es para engrosar la lista y cubrir cuotas: de los liderazgos creativos, de los temas, de los grupos raciales “subrepresentados” (Minari, Judas o el mesías negro; faltaron los latinos: hasta aquí hay clases). La selección parece obedecer menos a la calidad y más a dejar constancia de diversidad racial y de género.

Justo es comentar que las películas contempladas en general se ocupan de asuntos importantes (los sinsabores de la vejez, la vida en el margen, los abusos, el desasosiego que provoca buscar ser alguien a partir de hacer algo, la familia en la migración, la historia de una obra maestra del cine), pero una buena causa no hace una buena película. Óscar, siempre empeñado en quedar bien, desde hace algunos años ha venido perdiendo de vista lo importante: el cine. Desde siempre ha privilegiado la política, pero también ha premiado películas valiosas. Ahora, como sucede prácticamente en todas partes, tiene miedo –pavor– de ser señalado por incorrección política, de ser llevado al banquillo de los acusados-denunciados-juzgados-sentenciados (hoy van en paquete: basta ser señalado de lo primero para llegar a lo último) por convocar una buena película que se aleje de los dictados de moda de la corrección política. ¿Nominaría una película, incluso una gran película, en la que alguien del staff (por no hablar de los roles importantes) tuviera una acusación-sentencia de racismo, por ejemplo? Este año la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas se facilitó la tarea, pues convocó películas dispares, y la elección de la ganadora no debe tener mayores dificultades: en tierra de ciegos la tierra de nómadas será la reina.

Esta ceremonia del Óscar será como la “cumbre” climática de esta semana, en la que el presidente norteamericano salió a lucirse con melodramática faz y a escuchar hasta donde quiso el coro de adhesiones. Es decir, veremos –bueno los que vean la ceremonia: yo paso– una puesta en escena solemne, llena de buenas intenciones y mensajes enfáticos, en la que a nadie, a nadie, se le ocurrirá salirse del guión. Ya veremos qué tan buenos actores son los presentadores, qué tan convincentes.

Dicho lo anterior, aquí va mi quiniela (una cosa es que Óscar sea frívolo y oportunista y otra que yo no aproveche la oportunidad y me quede con las ganas de cumplir el ritual anual del pronóstico):

 

Mejor película

A mí la que más me gusta y la que me parece mejor es El sonido del metal, pero va a ganar Nomadland.

 

Mejor director(a)

Thomas Vinterberg, pero no va a ganar. Será Chloé Zhao (por Nomadland).

 

Mejor cinefotografía

Erik Messerschmidt por Mank.

 

Mejor guión original

El sonido del metal de Darius y Abraham Marder y Derek Cianfrance.

 

Mejor guión adaptado

Nomadland de Chloé Zhao.

 

Mejores actores

Como de costumbre, se confunde un gran personaje con una gran actuación. En todo caso, habrá que replicar los premios del sindicato de actores:

Actor: Chadwick Boseman por La madre del Blues.

Actriz: Viola Davis La madre del Blues.

Actor de reparto: Daniel Kaluuya por Judas y el mesías negro.

Actriz de reparto: Yuh-Jung Youn por Minari.

 Espero que, para variar, Óscar deje de lado la grandilocuencia y premie una gran actuación: mis mejores deseos para Frances McDormand y Riz Ahmed.

 

Mejor película de animación

Soul de Pete Docter

 

Mejor película en lengua extranjera

Una ronda más de Thomas Vinterberg. Es la única que he visto de las nominadas, y es una maravilla.


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