Una joven mira por la ventana (apuntes dispersos sobre Permanent Vacation de Jim Jarmusch)

Por Haroldo Fajardo

No vi sino hasta Broken Flowers (2005) cronológicamente las películas de Jim Jarmusch –un cineasta que admiro profundamente y de quien reconozco notoria influencia en mi incipiente obra– por lo tanto ya tenía algún conocimiento de sus películas, de sus obsesiones, antes de ver finalmente Permanent Vacation (1980), misma que terminó por convertirme en un gran fanático de su obra. A continuación enumero algunos pensamientos dispersos que se me ocurren al vuelo mientras reviso nuevamente la película.

La Ciudad

La película abre con imágenes que nos ubican en Nueva York, en la época en que fue rodada (1979-80) hasta encontrarnos con el personaje principal, Allie (interpretado por Chris Parker) vagando por los callejones de la misma, hasta llegar a una pared para grafitearla. La película será un andar constante por lugares de un NYC sucio, oscuro, diferente, plagado de veteranos vueltos locos tras la guerra que viven en casas abandonadas y destruidas. La importancia que el realizador pone a la ciudad donde se ubican sus películas es una constante inmediatamente identificable. NYC (Permanent Vacation / Stranger Than Paradise), Detroit (Only Lovers Left Alive), Sevilla (The Limits of Control),  Memphis (Mystery Train) o, llevando al límite el espacio dramático donde sucede la acción, Paterson (Paterson).

Caminar

Travelling lateral siguiendo al personaje en plano general mientras camina. Este plano se repetirá en toda la filmografía de Jarmusch. Aquí, Allie está en constante movimiento mientras que la película avanza, al mismo tiempo que va deteniéndose mientras se encuentra con distintos personajes. Nuevamente encuentro una constante con su obra posterior dando suma importancia al acto de caminar. El mismo Jarmusch, parafraseo, señala en el detrás de cámaras de Los límites del control (The Limits of Control, 2009) su particular gusto por las ciudades en las que aún es posible caminar, perderse, dejarse engullir por la ciudad misma. El trayecto es tan importante como el destino.

Outsiders

“Todo el mundo está solo. Por eso es que voy a la deriva. La gente lo encuentra loco. Pero es mejor pensar que uno no está solo, aunque lo estés. Hay gente que se distrae con ambiciones o motivaciones del trabajo. Pero eso no es para mí”, reflexiona Allie mientras desayuna con Laila.

Los personajes de esta película son “raros”, marginales, outsiders. Miran hacia afuera, como Laila, la mujer que mira a la ventana. Allie mismo es un joven, quizá apenas por salir de la adolescencia, que no encuentra cabalmente su lugar en el mundo. Está perdido, caminando, vagando la ciudad.

El camino de Allie –la película misma– bien podría ser una serie de viñetas dedicada a mostrar personajes extraños conviviendo un en un mundo distinto, alternativo, siempre al margen: El veterano de guerra que vive en una casa en ruinas (mientras la guerra suena fuera de campo), la madre de Allie viviendo en un sanatorio mental, un saxofonista callejero (el músico John Lurie quien posteriormente se convertiría en el protagonista de Stranger Than Paradise), una vendedora de palomitas insatisfecha, o un asistente al cine que le cuenta una anécdota sobre un saxofonista y el efecto Doppler, son algunos de los personajes que se mantienen en las afueras de la ciudad, así como de lo que está considerado “normal” o “correcto”. Ellos, tampoco, tienen lugar en el mundo.

Ídolos

Cuando Allie cuenta una historia, lo hace con pasión. “Si algún día llego a tener un hijo, lo llamaré Charles Christopher Parker, justo como Charlie Parker”, menciona Allie en las primera líneas de la película mostrando su admiración, que remarcará durante toda la cinta, por el músico de Jazz. Es tal vez la voz de Jarmusch, quien, como todo admirador, quiere compartir con el espectador su idolatría por quien admira, convirtiéndolo en mito. Así, igualmente contribuye a mitificar las calles de las ciudades que retrata, o a las personas que las pueblan. El final también será un tributo, un gesto de admiración, a News From Home (1977) de Chantal Akerman.

Vacaciones Permanentes

“Mi nombre es Aloysious Christopher Parker […] Mis amigos me dicen Allie y esta es mi historia, o parte de ella, lo cual no explicará mucho, una historia como las de esos dibujos de puntitos que se unen con líneas y que terminan por formar una imagen. Eso es todo, realmente. Para mí eso es. Voy desde este lugar y esta persona, a otro lugar con otra persona y, básicamente, eso no cambia mucho”.

Ya desde el principio de la película, en las primeras líneas de la voz en off, Allie nos cuenta de qué va a tratar. De ese caminar incesante, curioso, buscando quizá descubrir en los lugares y las personas algo que compartir, ese pequeño detalle de admirar lo bello de un lugar o lo bello de una persona. Adivino en Allie, la conciencia temprana del mismo Jarmusch que, vagando entre las calles, descubriendo pequeñas anécdotas, nos va contando esa misma historia, agregando un punto a la vez para formar, al final de todo, una imagen.

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