En ésta, la última entrega de la serie, un grupo de jóvenes realizadores que nacieron, trabajan o viven en Guadalajara hacen hincapié en el valor del ritual que supone ir al cine. La relación con la película está en función del espacio y las condiciones en las que se vive la experiencia, y ciertamente el cine se ve y se vive mejor en el cine. También cuentan, y mucho, las actividades posteriores a la proyección (no está de más anotar que celebro y me sumo a las actividades lúdico-etílicas-reflexivas). La serie cierra bien, requetebién. No queda sino agradecer a todos los que amablemente distrajeron unos minutos a sus labores para colaborar con este espacio: muchas gracias.
Paola Villa. 36 años. Freelance en medios audiovisuales
Las cinco razones por las que aprecias (te gusta, valoras, amas) ir al cine:
1) La experiencia sonora es muy superior a la que puedo lograr en mi casa
2) Me gusta el espacio y entrar a una sala oscura donde solo se hace eso, ver la película
3) El tamaño de la pantalla te permite apreciar las imágenes
4) El ritual de ir con alguien para comentar después la película
5) Ir solo a disfrutar de una película, que nadie me va a interrumpir, soy yo y la película
Las cinco cosas que te disgustan (detestas, odias):
1) Niños escandalosos
2) Los precios exorbitantes de la dulcería
3) Celulares que suenan en la sala o gente que los contesta en mitad de la película
Creo que solo detesto esas tres.
Si pudieras elegir, ¿prefieres ver una película en el cine o en otro espacio y por otro medio?
Me gustaría que hubiera cines de barrio, no tener que ir a una plaza, sino que fueran cines de calle.
PANCHO RODRÍGUEZ. Escritor y Director de cine. 39 años.
5 razones para ver cine en el cine:
1. El ritual que implica visitar la sala cinematográfica es único. Desde el momento en que eliges la película que deseas ver, hasta el complejo de tu preferencia, la compañía, el horario, los planes posteriores para comentarla. Diseñar el momento del encuentro con la obra esperada sigue siendo muy emocionante e inigualable.
2. La experiencia envolvente del sonido y el respeto que impone la pantalla grande. No hay nada parecido a entrar en una nueva y desconocida dimensión función tras función.
3. Apreciar el laborioso trabajo del diseño sonoro, la puesta en cámara y todos los detalles que engrandecen las películas.
4. A manera de diversión, experimentar el 3D y el 4D con las películas ideales para ese formato.
5. La convivencia con el público que respeta el séptimo arte. Escuchar sus emociones a la par de las tuyas, las risas, el miedo, contagia la experiencia y la enriquece.
4 razones por la que detesto ver cine en el cine:
1. El público irrespetuoso con el ritual antes mencionado.
2. El uso de celulares, la gente platicando, la impuntualidad.
3. Debido a que ya no hay un operador por sala, el descuido en los detalles técnicos y el tiempo que lleva corregirlos, además de la molestia de denunciarlos.
4. Las películas que ofrecen únicamente versiones dobladas, y no en el lenguaje original con el cast original.
Si pudieras elegir, ¿prefieres ver una película en el cine o en otro espacio y por otro medio?
Ver una película online a la hora que sea, abre un abanico de posibilidades que los horarios o programaciones de las salas no permiten. Hay una mayor flexibilidad. Pero siempre voy a preferir ver una película en el cine.
Haroldo Fajardo. 28 años. Realizador.
Cuando tengo la posibilidad de elegir, prefiero definitivamente ver las películas en una sala de cine. La decisión es sencilla de tomar, puesto que el recuerdo se vuelve más fuerte, más intenso, cuando no sólo se sitúa en la memoria la película que se vio, sino que también remite al espacio donde fue vista, si al salir llovía, si se vio por la noche o en una función matutina. Si la vimos solos o acompañados. Ver una película en compañía o decidir a veces sentarse solo en la sala a ver correr la cinta en ese espacio que se convierte en un refugio por un par de horas. Pero a veces es complejo que algunas películas se vean en un cine dadas las condiciones de distribución, por lo que si no corres con la suerte de “cachar” la película que tanto deseas ver en un festival o muestra, la espera puede ser tortuosa y prolongada, aunque es también un pequeño sufrimiento que se ve recompensado al ver la luz proyectada en la pantalla después de meses de expectativa para ser vista justo como fue concebida, pues aun hoy en día los filmes están concebidos para verse en una pantalla grande. En este sentido imagino que la digitalización de las salas cinematográficas ha cambiado la percepción de las personas que al enfrentarse a “una tele grandota” reproducen comportamientos típicos a la sala de su casa: Hablando, mandando mensajes o comiendo toda clase de alimentos de fuerte olor, lo cual se puede volver francamente insoportable. En este mismo sentido, ¿a quién se le ocurrió la idea de las salas VIP? Mismas que magnifican dicho lamentable fenómeno. Finalmente, lo que más valoro después de ver una película en Pantalla Grande es la posibilidad que genera de ir a tomar una cerveza después de la función, comentar lo que hemos visto, recordar los mejores (o peores) momentos de la cinta, sacar conclusiones acerca de la historia o simplemente hacer un comentario vago que de lugar a una tarde o noche prolongadas motivadas por la visita a una sala cinematográfica.
Andrés Villa.
Lo que me gusta:
1. Disfruto por encima de todo la calidad de proyección y la virtud del «estreno», o sea, que sea una película reciente.
2. Me gusta la ergonomía de las salas contemporáneas. Son cómodas.
3. Pero creo que lo principal es precisamente todo eso: el ritual.
Lo que no me gusta es:
1. La centralización de las salas en los centros comerciales
2. Los exagerados precios de todo
3. La baja oferta de pelis
4. Lo ligth de su acercamiento al quehacer cinematográfico, el cual se reduce a la dimensión comercial
5. Sus engañosas campañas «sociales» o «artísticas»…