Cinco cosas que amo/odio de ti IV: los escritores van al cine 2/2

En la entrega de hoy tres escritores nos hablan de lo que les gusta y les disgusta de la experiencia de asistir a la sala de cine. Abunda el material para la reflexión (sobre el cine, sobre la convivencia alrededor del arte o la conveniencia de la soledad para apreciarlo) y aparecen algunas dosis, valiosas, de humor. Esta serie no deja de mejorar…

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Víctor Ortiz Partida. 44 años. Escritor, profesor de literatura, editor, cinéfilo.

CINCO RAZONES POR LAS QUE APRECIO IR AL CINE

01.- Después de ver una película lo que más disfruto es leer sobre lo que se dice sobre ella, principalmente la crítica cinematográfica. Por eso me gusta ir a la sala de cine: ahí el público, con sus reacciones al filme proyectado, hace la primera crítica.

02.- La atmósfera que se crea en el cine es única: la oscuridad, el sonido, la gran pantalla. Y la compañía de gente que como uno, disfruta la película.

03.- La gran pantalla que uno nunca podrá tener en su propia casa.

04.- Sé que la comida que uno consume en el cine desgasta con el tiempo las instalaciones (alfombras, telas, etcétera); sin embargo, disfruto comer palomitas en el cine y tomar refresco ahí, algo que prácticamente no hago en ningún otro lugar.

05.- Los preparativos para ir al cine, los obstáculos que uno tiene que ir salvando para por fin sentarse en la butaca a disfrutar la película, solo o acompañado. El rito de ir al cine.

CINCO COSAS QUE ME DISGUSTAN DE IR AL CINE

01.- La gente que no respeta la película. Muchas veces he seleccionado un cine y un horario especiales para disfrutar, yo solo en la sala, una película proyectada en una gran pantalla, y en alguna ocasión a la sala vacía entró una pareja a platicar, no a ver la película.

02.- Las cuestiones técnicas. En muchas ocasiones la película no se aprecia de manera óptima: el sonido está mal, la pantalla es más pequeña que el fotograma original, los subtítulos entorpecen la visión o no aparecen, no hay total oscuridad…

03.- Soportar el uso de las nuevas tecnologías en la sala: celulares que suenan o que se prenden, tabletas electrónicas que iluminan la sagrada oscuridad…

04.- La desaparición de las salas de arte y el hecho de que las películas de arte estén confinadas a las salas más pequeñas de los grandes complejos de cine.

05.- Ya no hay cines, sino cines en el centro comercial. Hay que recorrer gran parte del centro comercial para llegar al cine. Los cines en un edificio independiente desaparecieron.

Si pudieras elegir, ¿prefieres ver una película en el cine o en otro espacio y por otro medio?

Prefiero ver una película en el cine; pero también disfruto mucho verla en casa, especialmente porque gracias a la tecnología, la película se puede “explorar”: detener, regresar.

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Mariño González. Escritor.

Cinco razones por las que aprecias (te gusta, valoras, amas) ir al cine.

1. Me gustan las salas de cine, si bien no asisto con regularidad, por la experiencia colectiva. Disfrutar una buena película en compañía de propios y extraños es una de las mejores formas de diversión que conozco. Sobre todo si, como yo, se disfrazan a la menor provocación y son fanáticos de Star Wars.

2. Me encanta ir al cine para desconcertar a los empleados de las dulcerías al pedir cotufas y gaseosa.

3. Me gusta ir al cine porque siempre puedo tararear, mentalmente, la canción que hace muchos ayeres dedicó Mecano al séptimo arte.

4. La atmósfera sonora suele ser mejor en una sala cinematográfica que en la sala de mi casa.

5. Decía Boris Vian que “sólo dos cosas son importantes: el amor, en todas sus formas, con chicas bonitas, y la música de Nueva Orleans”. Vian falleció en una sala cinematográfica mientras observaba la terrible adaptación de una de sus novelas (Escupiré sobre vuestra tumba) a la pantalla grande. Ergo, amo ir al cine acompañado de una chica bonita y no morir en el intento.

Cinco cosas que te disgustan (detestas, odias) de ir al cine.

1. Me disgusta la experiencia colectiva: la multitud, los gritos, los olores y los llantos estridentes.

2. Detesto estar en el cine cuando el público atiende más a sus teléfonos que a la gran pantalla. Esto arruina cualquier placer que pueda suscitar una película.

3. Odio lo caro que es todo en los grandes complejos cinematográficos. Sí, incluso las cotufas y las gaseosas.

4. Si te gusta el cine no comercial sabrás que la oferta de salas de calidad es limitada, lo que hace que muchas veces sea frustrante visitarlas: cuando no explota una bocina se quema la pantalla, fallan los subtítulos o tu escritor favorito muere a media función.

5. A fuerza de proyectar películas fuera de foco los grandes complejos cinematográficos le han arruinado la vista a medio país. Esto, por supuesto, es una hipérbole mía no sustentada en ningún dato estadístico oficial.

Si pudieras elegir, ¿prefieres ver una película en el cine o en otro espacio y por otro medio?

Depende de la cinta. Generalmente asisto al estreno de alguna película y, más tarde, si me gustó, la veo 200 veces en la comodidad de mi hogar. Te recomiendo este modus operandi si tú, como yo, eres fanático de Star Wars.

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José Miguel Tomasena. Periodista, escritor, profe.

Me gusta:

1. El ritual de elegir una película: consultar la cartelera en línea, calcular el tiempo de traslado, desplazarme al cine, comprar mi boleto, caminar hasta la sala. Frente a la inmediatez (Netflix, YouTube), lo presencial implica rituales que aumentan la expectativa y el gozo.

2. La tecnología de la sala (pantalla grande, sonido envolvente) hace que la inmersión en la historia sea más profunda. Aunque casi no veo películas en 3-d, cuando lo he hecho ha sido increíble.

3. La oscuridad: la experiencia privada en un espacio común. Todo lo que esta ambigüedad permite: dormir, llorar, besar, fajar.

4. La forma en que las luces se encienden, poco a poco. El tránsito lento a lo que hay afuera de la sala. Si voy solo, saborear lo que acabo de ver, mientras caen los créditos y se oye la música final; si voy acompañado, comentar la película, que es otra forma de reflexionar.

5. En el caso de Cinépolis, haber numerado los asientos. Hace que la experiencia sea más predecible y cómoda.

No me gusta:

1. El cine está cada vez más ligado a los centros comerciales. Las salas de cine son “tienda ancla”: potencian las ventas de las demás. Antes ibas a un teatro; ahora deambulas por tiendas agringadas.

2. El monopolio de los alimentos. Que quieran cobrarme más de cien pesos por palomitas y refresco es un abuso redondo. (Y todo lo que hacen por controlar este monopolio, como revisar bolsas e impedirte la entrada con un café de otra tienda).

3. La robotización de las proyecciones. Los empleados se limitan a apretar un botón: todo está automatizado. Cuando hay problemas técnicos, los espectadores tenemos que salir a buscar a un empleado, que se comunica por radio con quién sabe quién.

4. En las películas para niños pequeños, los trailers que proyectan suelen ser violentos, ruidosos, inadecuados para su edad.

5. Los comerciales del Partido Verde.

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