Intensa Mente 2: Riley crece; Pixar, no

Pixar lo vuelve a hacer. Por quinta ocasión se embarca en la ruta de las secuelas (previamente lo había hecho con Toy Story, Cars, Los increíbles y Encontrando a Nemo; de Monsters Inc. concibió una precuela) y nueve años después de Intensa Mente (Inside Out, 2015), una de las últimas películas medianamente originales y no muy condescendientes del estudio, estrena Intensa Mente 2 (Inside Out 2, 2024). 

Intensa Mente 2 inicia con el inicio de la pubertad de Riley. Por esta razón las emociones que protagonizaron la primera entrega (alegría, miedo, tristeza, ira y asco) pasan a segundo término (y son desplazadas a sitios distantes, por lo que toda la película gira alrededor de su regreso, como en el primer rollo y como en la clásica ruta del héroe) con las que recién llegan: ansiedad, envidia, vergüenza y aburrimiento. En particular la primera toma el control, mientras Riley trata de encajar en un grupo de nuevas amigas.

El crédito por la realización corresponde al debutante Kelsey Mann, quien también participó en la escritura del guión. Como en Intensa Mente, ingresamos a los territorios de la mente humana, que es como un enorme parque de diversiones, con apartados burocráticos y zonas de trabajo. El viaje que realizan las emociones es pertinente para concebir es una especie de vulgarización de un modelo de funcionamiento de la mente humana, y por momentos el recorrido ofrece zonas de interés y descubrimientos atendibles. La ruta está llena, sin embargo, de muchos clichés y mucha estridencia: Kelsey echa mano de la exacerbación para dar cuenta de una etapa de la vida que de por sí ya es exacerbada.

En medio de la estridencia llama la atención la presentación de un par de comentarios relacionados con el crecimiento: con éste, la alegría pierde protagonismo (Alegría pasa a ser un personaje secundario) y las emociones negativas son cada vez más dominantes; en la ruta se esboza la relación entre los sentimientos y la ética. En la película, la personalidad se ilustra como una serie de islas, las cuales están conformadas por pensamientos; la suma de ellos forma creencias, y al unir todas las creencias se configura el “sentido de identidad”. Éste se traduce en una frase: “soy una buena persona”. Aquí vale la pena hacer un paréntesis, pues esto es justamente lo que la mayoría de las personas suelen pensar de sí mismas… ¡toda su vida! Es, sin embargo, un “sentido de identidad” adolescente (¿también los canceladores y las canceladoras en redes sociales y los sicarios y las sicarias conservarán este sentido intacto?). No obstante, más adelante Riley tiene una crisis y reconoce que siente envidia y es amable, que es buena y mala, que es una buena y una mala amiga, que quiere encajar y ser ella misma. Sí, al crecer resulta insostenible creer que la “buena persona” permanece intacta; crecer significa abandonar el autoengaño, reconocer que la “buena persona” ya no existe, que al crecer son inocultables los sentimientos negativos que se albergan y que se llevan a cabo acciones perniciosas (vista así, la filmografía de Woody Allen habla toda ella del crecimiento). Un reconocimiento que la mayor parte de la humanidad no llega a tener. Como rezaba el póster de Adultos jóvenes (Young Adult, 2011) de Jason Reitman: “todos envejecen, no todos crecen”.

El esbozo de estos asuntos me parece sensacional, pero no la forma de exponerlos. Porque no son parte del desarrollo de la historia, no son el resultado del curso del drama. El guión lo hace visible como diálogo: hace aseveraciones que son una especie de demostraciones. Este proceder, me parece, aleja Intensa Mente 2 de las virtudes de la primera entrega. Asimismo, si las mejores pelíuclas de Pixar ofrecían sustancia a públicos de un abanico amplio de edades, ésta está bastante focalizada: a los más pequeños no los seduce ni tantito. No está de más subrayar, por otra parte, la convivencia del prejuicio (y el cliché) y la corrección política. En el primer asunto, cabría ubicar el dibujo de Aburrimiento, que es antropomorfizado como una francesa; en el segundo, es justo mencionar que se presentan personajes para cubrir las cuotas raciales de rigor (incluso, una de las nuevas amigas de Riley –¿musulmana?– porta el hiyab).

¿Habrá que esperar más Intensas mentes en el futuro? La tabla periódica de las emociones congrega alrededor de 70…

Calificación 65%
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