El cine negro es el cine del desencanto. Por antonomasia. Prosperó durante la segunda guerra mundial y en la posguerra, una época en la que si bien había espacio para el melodrama y el costumbrismo en el cine –como en México–, el mundo industrializado reconoció que no había mucho espacio para el optimismo (recordemos que alrededor de los mismos años floreció el neorrealismo en Italia). Cineastas de diferentes orígenes que trabajaban en Estados Unidos contribuyeron a dar forma al cine negro, que no es un género ni un movimiento, se diría que es una postura. Es cierto que hay características que a menudo aparecen en las películas que se ubican en esta categoría, sin embargo Noël Simsolo, en su libro le Film Noir, afirma que “un film noir nunca se reconoce por una temática precisa, personajes recurrentes, el cuerpo ideológico del discurso o juegos iconográficos. Su identidad reside en la elección de una actitud de artista; es decir en la manera de mirar y luego de mostrar la materia que se considera necesario filmar”.
Simsolo apunta que “el sentimiento de malestar, la angustia y el miedo habían prevalecido en el cine norteamericano durante la segunda guerra mundial. Infiltraban las películas policiales y de espionaje tanto como los melodramas sociales […] poco solar y raramente optimista, este cine de la sombra dominante y de la travesía dolorosa de las apariencias era de naturaleza opresiva, dura y a menudo opaca”. Este marco es adecuado para hacer la revisión de la moral (los comportamientos, pero también el ánimo). Y el paisaje que se encuentra es negro, precisamente. Atrás quedan las esperanzas por los humanos solidarios y honestos, por un futuro luminoso.
Volver al cine negro es oportuno más que oportunista. Los exponentes más notables siguen dando mucho para ver y mucho que pensar. Porque salvo los estertores optimistas de los años cincuenta y los fugaces aires revolucionarios de los sesenta (las agendas de los grupos entonces inconformes empatan con el más rancio conservadurismo), el malestar que alimentó al film noir nunca se fue del todo; hoy es más que vigente. José Javier Coz comenta que los protagonistas del film noir buscan la riqueza por la vía rápida, es decir, en la delincuencia. Como ahora. Y es que hay algo peor que vivir en un mundo miserable: ser pobre en un mundo miserable.
Alejandro Estrada y José Javier, amigos entrañables y cinéfilos respetables, se dieron a la tarea de revisar una buena cantidad de films noirs y de redactar textos a propósito de algunos de ellos. Para cinexcepcion.mx es un honor y un placer publicar el producto de esa colaboración.
Out of the Past
Por Alejandro Estrada
Esta película, conocida en México como Traidora y mortal, es quizás junto con Double Indemnity (1944), dirigida por Billy Wilder (basada en la novela de James M. Cain, escrita en colaboración con Raymond Chandler y con la cinefotografía a cargo de Milkos Rozsa), lo más emblemático del cine negro. Claro que está también El halcón Maltés de 1941 dirigida por John Huston.
En el libro de Selby hay 490 títulos, pero sólo 25 de ellos desarrollados en las primeras páginas. Out of the past es una de ellas[1]. Dedica cuatro páginas a la película; dos de ellas a hacer una narración compacta aunque pormenorizada también de la trama. No haremos eso.
Recordemos que fue Paul Schrader quien definió en un artículo ya famoso las características del cine negro: entre todas las características una no falta en Out of the past. La fecha de producción, el estilo fotográfico en blanco y negro, los protagonistas atormentados, la mujer fatal y, claro, la crítica implícita o no de la sociedad norteamericana de su tiempo, el pasado que regresa. Alguna más se nos pasa, pero bueno. Si está pensando en algo así como aburrimiento se equivoca. Es por demás entretenida, intrincada para su tiempo, y con giros poco esperados. Con flashbacks que se intercalan en la narración (ver por ejemplo el manejo del tiempo en el cine en la obra de Jean Mitry[2]). No tenemos que decir que la fotografía es impecable tanto en interiores como en exteriores, que ambos son abundantes, y en algunos casos suponemos recreados. El director es el mismo emigrado desde su niñez y al que tanto el propio Kirk Douglas (en la película dirigida por Vincente Minnelli The Bad and the Beautiful de 1952) como Martin Scorsese en Un viaje personal por el cine americano (1995) elogian: Jacques Tourneur. El mismo de la primera versión de Cat People (1942), y The Leopard Man (1943), la primera de terror y la siguiente no le sé. También es responsable de aquella película de zombies I Walked with a Zombie (1943). Muchas otras películas y apariciones en TV entre ellas Bonanza y Dimensión desconocida. Del cine se retiró pronto. Pero Out of the past es sin lugar a dudas su película más famosa y perdurable además de seria.
Dentro de las películas de Tourneur pertenecientes a la serie de películas noir están según Selby: Experiment Perilous (1944), Out of the past (1947) y Nightfall (1956). En esta última retornando a los estilos narrativos tocados en Out of the past; no fue tan exitosa como Out of the past básicamente por el cast y la fotografía, pero tiene todos los elementos narrativos para serlo.
AE
[1] En el libro DARK CITY The film Noir (1984) de Spencer Selby reza la página 65: Out of the past (1947):
Director: Jaques Tourneur. Screenplay: Geoffery Homes (Daniel Mainwarning), from his novel Build My Gallows High. Photography: Nicholas Musuraca. Special Effects: Russell A. Cully. Music: Roy Webb. Art Directors: Albert D’Agostino, Jack Okay. Film Editor: Samuel E. Beetley. Producer: Warren Duff. Production/Relase: RKA, November 13, 1947. 94 minutes. Cast: Robert Mitchum (playing Jeff Bailey), Jane Greer (Kathie Moffat), Kirk Douglas (Whit Sterling), Rhonda Fleming (Meda Carson), Richard Web (Jim), Steve Brodie (Fisher), Virginia Huston (Ann), Paul Valentine (Joe Stefanos), Dickie Moore (The Kid), Ken Niles (Eels).
[2] Estética y psicología del cine, 1978
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